Su mirada puesta en el tren,
Su equipaje sobre el andén y su tristeza,
Marchará para no volver,
Le dirán tan solo una vez que le ha engañado.
Aquella mujer celosa,
Aquella feliz esposa,
Que nunca salió de casa… y
Que siempre cuidó mimosa
En su jardín flores rojas,
Aquella mujer hermosa.
Partirá, no sabe adónde,
Y al mirar el horizonte verá otra tierra,
Dejará sus verdes trigos,
Su mujer, y sus amigos para quererla.
Ya nunca será celosa,
Ya nunca será mimosa,
Solo podrá ser
¿La mujer de quién?
Y Pablo se Irá muy lejos,
Y cuando mire un espejo,
Verá que su sol se apagó.