Oye, ya sé que me estás mirando,
Sabes me tienes hipnotizado,
Niña, tu ritmo me va atrapando,
Eres el blanco para el pecado.
No puedo negar tu cuerpo me está tentando,
Pero alguien ya tiene un sitio en mi corazón
Y es la dueña de mis ojos,
La dueña de mi voz,
La que llena mis sentidos,
La que enciende mi pasión.
Es la dueña de mis pasos,
Es la dueña de mi amor,
No me sigas provocando,
Por favor ten compasión.
Óyeme me tienes agonizando,
Mírame que me falta voluntad,
Óyeme que ya estoy hipotecado,
Mírame, por toda la eternidad.
Oye, no le eches más leña al fuego,
Que tengo el alma de mujeriego,
Quiero ser fiel a lo que prometo,
Pero no busques lo que está quieto.